jueves, 15 de noviembre de 2012

Francia

La Nochebuena y la Navidad francesas son celebraciones familiares por excelencia. Las familias se sientan a la mesa para intercambiar buenos deseos y degustar delicias como el foie-gras (de pato o de oca), el boudin blanc (especie de morcilla de color blanco), el pavo asado, la bûche de Noël (“tronco de Navidad”: pastel en forma de leño, recubierto de chocolate y relleno de trufa o crema), los bombones y el champán. Papá Noel deja regalos junto a la chimenea o el árbol de Navidad para cada miembro de la familia. En un país que se precia de cultivar el arte de la gastronomía y de la hospitalidad en torno a la buena comida, la casa está cuidadosamente decorada: velas encendidas en la mesa, ramitas de acebo colgadas...

Las fiestas propiamente dichas comienzan el 24 de diciembre. Aun así, ya a finales de noviembre (un mes antes de Navidad, aproximadamente) se dispara el pistoletazo de salida de las compras y decoraciones navideñas. Las calles de las ciudades se llenan de luces, los escaparates de las tiendas visten sus mejores galas y los franceses comienzan las visitas a los grandes almacenes para hacer acopio de regalos y productos típicos.

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